El crecimiento económico, de ayer a hoy

Hasta el siglo XVIII el crecimiento de la economía mundial no fue significativo. La pobreza era generalizada y resultaba impensable que el nivel de vida de las clases no privilegiadas pudiese mejorar. Desde entonces la economía creció a un ritmo sin precedentes y dio lugar a una prosperidad desconocida, aunque como algunos países tuvieron un desarrollo más rápido y sostenido, la prosperidad fue dispar. De todas maneras este crecimiento económico ha sido fuente de reducción de la pobreza en el mundo, de creación de empleo y mejora del nivel de vida.

Según un estudio de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), durante siglos el Imperio británico encabezó el crecimiento económico (1300-1900), hasta que los Estados Unidos despuntaron y llegaron a ser la primera economía. Esos siglos se dividen en tres períodos: entre 1300 y 1819 el crecimiento mundial fue lento y esporádico, a un promedio anual de 0,21%; entre 1820 y 1949, el auge industrial aumentó el promedio a 1,10%; tras la Segunda Guerra Mundial el crecimiento superó el 2% anual. Así, el desarrollo económico que despegó en el siglo XIX se aceleró de manera excepcional en la segunda mitad del siglo XX. ¿Qué ocurrió en este período?
La innovación tuvo un rol fundamental. En Occidente, los Estados Unidos y Alemania desarrollaron economías muy innovadoras. En Oriente fue notable Asia, continente pobre donde varios países impulsaron dichas economías y alcanzaron a las mencionadas naciones occidentales. Japón, los “tigres” (Corea del Sur, Hong Kong, Singapur, Taiwán), la India y China disminuyeron así gran parte de la pobreza global. Japón llegó a ser segunda economía del mundo, superada hace pocos años por China que, por sus tasas de crecimiento, podría pronto ser la primera.

Los avances en salud y nuevas medicinas -como los antibióticos en la década del ´30- redujeron la mortalidad y elevaron el promedio de vida, que en 1800 no llegaba a los 40 años; en 2011 superaba los 75 años y Japón alcanzaba los 83 años. El trasporte aéreo, las computadoras y otras tecnologías fueron hitos de la investigación científica que, trasferidos a la industria, se generalizaron. Nunca antes se había invertido tanto en las fronteras del conocimiento, en Investigación y Desarrollo (I+D). Fue el origen de la economía del conocimiento, de la relación universidad-empresa.

Las primeras economías del mundo son las que más han invertido en I+D, en educación, creatividad, patentes. Todo esto es innovación, causa del mayor crecimiento económico en la historia y medio eficaz contra la pobreza.
¿Cuáles fueron los países más innovadores en 2017? El Indice Global de Innovación midió las mencionadas variables en 130 países. El ranking lo encabezó Suiza, seguido por Suecia, Holanda, los Estados Unidos y Gran Bretaña. El informe es preocupante para nuestra región: Chile ocupa el puesto 46, México el 58, Brasil el 69 y la Argentina el 76. Entre los 17 países en desarrollo que se describen como “estrellas en innovación”, no figura ningún latinoamericano. Un punto: América Latina y el Caribe solicitaron cerca de 1400 patentes internacionales en 2017, menos del 10% de las 15.560 solicitadas por Corea del Sur (fuente: OMPI). Los ejemplos muestran el camino a seguir para lograr la “pobreza cero”.

Revista Criterio, marzo de 2018