Cómo se gestó el protagonismo de China

Nuestro embajador en China, Diego Guelar, decía que así como el siglo XVI fue el siglo de España, y los siguientes fueron de Holanda, Francia, Gran Bretaña y los Estados Unidos, el siglo XXI será de China. Lo inédito, a juicio del embajador, es que el país lo está logrando “sin tirar un solo tiro, sin guerras de ocupación o colonización.”

En 1949 el Partido Comunista tomó el poder. Casi tres décadas de liderazgo de Mao-Tsé-tung, padre de la República Popular China, produjeron pobreza, hambrunas y la Revolución Cultural que costaron millones de vidas. Deng Xiaoping, colaborador del régimen, terminó perseguido por sus ideas reformistas. A la muerte de Mao disputó el poder a sus sucesores y gobernó China hasta su muerte (1978-97). Abandonó la cerrada economía comunista y la abrió al mundo, aunque gobernó autocráticamente, como se vio en la violenta represión a quienes pedían libertades políticas en la Plaza Tiananmen (1989).

Hu Jintao (2003-13) continuó las reformas a través de una economía del conocimiento. Su sucesor, el hoy presidente Xi Jinping, profundizó este camino. Al iniciar su segundo mandato (2017), en 35 años China había multiplicado 28 veces su PBI y 150 veces el crecimiento industrial. Sacó de la pobreza a 600 millones de chinos y se convirtió en el primer exportador mundial, aunque encabeza el ranking de países que violan derechos de propiedad industrial. El Estado, consciente de su incapacidad para administrar empresas, alentó a firmas emprendedoras que hoy invierten en el país. En cinco años se crearon 24 millones de empresas y nacen 15 mil por día. China es así primer productor mundial de electrodomésticos, televisores, juguetes, calzado y textiles. Su PBI en 1978 era el 5% del mundial; en 2017, el 17%. Por acuerdos de libre comercio en los cinco continentes, es principal socio comercial de 120 naciones.

La educación de nivel y la ciencia son fundamentales. En educación –que la tradición confucionista valoraba– el ingreso a la universidad se amplía, especialmente en zonas rurales. En ciencia, la revista Nature mostró que China ya tiene más investigadores que los Estados Unidos y está en camino de superar a todos los países en producción anual de papers científicos. Un plan quinquenal propone formar 20 millones de doctores. Entre 2008-12 duplicó la inversión en I+D (Investigación y Desarrollo) al 2,08% del PBI. Así llegó a ser segunda economía del mundo, desplazando a Japón de ese lugar. Xi Jinping anunció que aspira a que en 2050 sea la primera. De la inversión mundial en I+D, los Estados Unidos aportan el 28%; China, 20%; Europa, 19%; Japón, 10%; y el resto del mundo, 23%. Es notable el paralelismo del ranking de países más desarrollados, con el ranking de inversión en I+D. Veamos cómo China creció por esta vía.

CIUDAD LÍDER. Deng Xiaoping eligió a Shenzhen, ciudad vecina de Hong Kong, para liderar sus reformas. Liberó la economía y logró el mayor crecimiento de una región: 22% anual entre 1980-2016. De sus firmas innovadoras, Huawei Technologies Co. es la principal proveedora mundial en equipos de redes de telecomunicación; 82 mil de sus 180 mil empleados hacen I+D. Para The Economist, Shenzhen compite con Silicon Valley por su inversión en I+D, que supera el 4% de su PBI, como los países que encabezan el ranking (Corea del Sur, 4,4%; Israel, 4,2%). Sus empresas registran más patentes internacionales que las de toda Francia o Gran Bretaña. Si antes dependían de conocimientos importados, hoy desarrollan innovaciones por las que multinacionales van a Shenzhen a conocer las últimas tendencias.

MÁS CIUDADES INNOVADORAS. Shanghai fue otra metrópoli que liberó su economía y generó el más alto crecimiento luego de Shenzhen y Guangzhou, ciudad también innovadora. El Gobierno quería que ciudades pequeñas fueran motor de crecimiento, por lo que planificó urbanizar a unas 100 millones de personas de bajos ingresos. Suizhou –hace 4500 años supuesto hogar del padre mitológico de la agricultura china, el emperador Yan– es una de las 130 ciudades pequeñas elegidas (2,5 millones de habitantes): la creación de nuevas industrias convirtió a campesinos en trabajadores urbanos mejor remunerados; en 2015 habían incrementado en 40% sus salarios. En Zhengzhou, localidad rural muy pobre, el Gobierno invirtió en infraestructura y trasporte haciéndola atractiva a inversores, al punto que Apple se instaló y generó 250 mil empleos. Se la conoce como la iPhone City, por la fabricación de teléfonos. Llegó a producir 150 millones de iPhones al año y unos 20 millones de iPads de última generación.

MAYOR FABRICANTE DE AUTOS. En 2017 China produjo 28 millones de autos y vendió 24,2 millones, siendo el mayor fabricante y vendedor mundial. Changan Auto Company es la automotriz líder y una de las 15 más grandes del mundo.

MAYOR INVERSOR EN TECNOLOGÍA FINANCIERA. Al igual que países escandinavos, China se aleja del papel moneda. En 2016 cuadriplicó los pagos móviles por celular e internet, hasta alcanzar los US$ 8,6 billones, en comparación con sólo US$ 112 mil millones de los Estados Unidos. Se crearon firmas de tecnología financiera como AntFinancial, que surgió de Alibaba, empresa local de comercio online que, si fuera un país, sería la 21a economía del mundo. China encabeza el ranking mundial de inversores en tecnología financiera.

LA STARTUP QUE SUPERÓ A UBER. DidiChuxing, compañía de viajes compartidos, obligó a Uber a salir de China. Con taxis, buses y autos de lujo, realiza unos 20 millones de viajes al día, varias veces la cantidad de Uber en el mundo. Tiene un servicio especial para personas mayores. Es la startup mundialmente más valiosa, después de Uber: fue valuada en US$ 50 mil millones. Los chinos no aprecian tanto el auto y se inclinan por los viajes compartidos y las bicicletas.

MILLONES DE BICICLETAS. Estudiantes pobres de Pekín, frustrados pues les robaban sus bicicletas, crearon la empresa Ofo y desarrollaron un innovador sistema de rastreo que elimina robos. Hoy controla 8 millones de bicicletas y provee más de 25 millones de viajes diarios en China, los Estados Unidos, Singapur y Gran Bretaña. Proyecta operar en 200 ciudades y 20 países.

¿AUTO VOLADOR? Otra startup, Kuang-ChiScience, avanza con un invento: el auto volador. Desarrolla tecnologías de globos para lograr máquinas voladoras, con una firma neozelandesa. Su presidente, Liu Ruopeng, dice: “Todo individuo debería volar barato, fácil y seguro”. Servirá para aliviar el tráfico y evitar poluciones.

Cuando el presidente Xi Jinping se refiere al “sueño chino”, algunos lo comparan con el sueño americano de los años 30 en los Estados Unidos. Aunque China lo implementa desde un sistema autocrático que el Gobierno define como “armoniosa democracia de consenso, frente a sistemas democráticos multipartidistas de confrontación” o “el liderazgo del partido, en un socialismo moderno con características chinas.” China es el país más poblado, con 1400 millones de habitantes, 20 millones de nacimientos anuales y la clase media más grande del mundo.

Revista Criterio, Marzo de 2019